1. Los elogios aumentan la confianza en sí mismos de los niños/as.
2. Contar con la aprobación de los padres ayuda a aceptar el esfuerzo.
3. Ante un fracaso hay que estimular un propósito de mejora.
4. No debe alabarse a la persona, sino el trabajo realizado.
5. Es bueno informar periódicamente a los niños/as de los progresos. Lo ideal es que el mismo individuo pueda descubrir sus progresos. 6. Hay que dejar ver que siempre se espera algo más de ellos y que se confía en sus posibilidades.
7. No conviene alabar siempre o de forma excesiva. Esto fomenta el engreimiento y el falso concepto de uno mismo, además hace que se valore poco lo conseguido.
8. Los premios son más efectivos porque fortalecen la conducta correcta. Para que éstos no favorezcan el hecho de actuar por el premio y no por la obra bien hecha, han de graduarse hasta llegar a las motivaciones de logro.
9. Los premios y alagos han de:
Estar relacionados con la conducta que se desea valorar.
Enlazar con los intereses y aficiones personales.
Establecerse a corto plazo.
Evitar las recompensas económicas o los regalos materiales por sistema.
No premiar todo lo que se hace bien.
10. Los efectos del castigo son primordialmente emocionales, malogrando la realización y no cambiando el aprendizaje. Éstos deben reunir algunas condiciones para que sean educativos:
Que no sean un mero desahogo del enfado de los padres. Que no sean interpretados como una represalia.
Que sean proporcionales a la falta cometida.
Que estén en relación al carácter y edad del niño.
Que se impongan sin demora.
Que la sanción se imponga tras un diálogo con el niño/a, de forma que éste comprenda por qué ha actuado mal y vea el castigo como una forma de reparar la falta cometida. El castigo es una ayuda para mejorar.
Fuente:C.E.I.P. Argantonio (Tharsis) Delegación Provincial de Huelva
2. Contar con la aprobación de los padres ayuda a aceptar el esfuerzo.
3. Ante un fracaso hay que estimular un propósito de mejora.
4. No debe alabarse a la persona, sino el trabajo realizado.
5. Es bueno informar periódicamente a los niños/as de los progresos. Lo ideal es que el mismo individuo pueda descubrir sus progresos. 6. Hay que dejar ver que siempre se espera algo más de ellos y que se confía en sus posibilidades.
7. No conviene alabar siempre o de forma excesiva. Esto fomenta el engreimiento y el falso concepto de uno mismo, además hace que se valore poco lo conseguido.
8. Los premios son más efectivos porque fortalecen la conducta correcta. Para que éstos no favorezcan el hecho de actuar por el premio y no por la obra bien hecha, han de graduarse hasta llegar a las motivaciones de logro.
9. Los premios y alagos han de:
Estar relacionados con la conducta que se desea valorar.
Enlazar con los intereses y aficiones personales.
Establecerse a corto plazo.
Evitar las recompensas económicas o los regalos materiales por sistema.
No premiar todo lo que se hace bien.
10. Los efectos del castigo son primordialmente emocionales, malogrando la realización y no cambiando el aprendizaje. Éstos deben reunir algunas condiciones para que sean educativos:
Que no sean un mero desahogo del enfado de los padres. Que no sean interpretados como una represalia.
Que sean proporcionales a la falta cometida.
Que estén en relación al carácter y edad del niño.
Que se impongan sin demora.
Que la sanción se imponga tras un diálogo con el niño/a, de forma que éste comprenda por qué ha actuado mal y vea el castigo como una forma de reparar la falta cometida. El castigo es una ayuda para mejorar.
Fuente:C.E.I.P. Argantonio (Tharsis) Delegación Provincial de Huelva