Por Wálter Augusto Gaviria Gómez.
Rector de la I.E. Los Comuneros
Rector de la I.E. Los Comuneros
Cotidianamente la presión de los acontecimientos me lleva a buscar estrategias y modos de gestión para dar resultados; los cuales hay que entregar a las diferentes instancias de la educación pública, epecialmente a las autoridades educativas, de forma tal que la Institución no se rezague.
Al final de la jornada, muchas veces ya entrada la noche, con cansancio físico -más frecuente últimamente-, me angustia no disponer de más tiempo para todo lo que considero necesario para la Institución, que también es cada uno de uds., en carne y hueso, persona,ser humano. Esto, para poder mirarlos al día siguiente a los ojos, con el gusto de saber de cada uno y saber que mi compromiso no los defrauda. Poder encontrar en la alegría, aún vigente, de cada estudiante, mis verdades, mis avances, mis esperanzas.
Agotado el físico y agotados los tiempos, la angustia del día siguiente crece...De repente, tenemos dos o tres semanas o tal vez mucho más, para todo aquello que no ha podido ser: Pensar, reflexionar sin afanes, sin excusas, sin disculpas (¡Una pensadera!...diría Mary). Y entonces, empezamos a extrañarnos. Si, a extrañarnos. Fuera de nuestro ambiente natural,de nuestra cotidianidad institucional, deseamos volver a ella.
Mientras tanto, extiendo una invitación muy cordial a escribir, como un intento para espantar el virus, el estrés y otros males.
Escribamos entre todos el Diario de la Esperanza, donde expresemos las vivencias en nuestros refugios, nuestros hogares. Si consideran bien el incluir fotografías, vìdeos u otros elementos, bienvenidos.
De esta manera estaremos conectados, sabremos aproximadamente cómo cada uno va afrontando esta situación. Si podemos apoyarnos, haremos más llevadero este autoencierro. A lo mejor, terminamos aprendiendo más de pedagogía y de nosotros mismos.
Lo haremos a través del blog institucional www.comuneriando.blogspot.com, inicialmente a manera de comentarios a estos párrafos, para lo cual se harán llegar las orientaciones pertinentes.
Juguemos a describir lo que nos ocurre en el transcurso de esta situación. Los límites los pone cada uno, así que cada quien decide qué publicar y hasta dónde profundizar cada comentario.
Por lo pronto, les cuento que en mi caso nos hemos refugiado en nuestra chagra con mi esposa, nuestros tres hijos, los dos nietos y mi tía Luz Marina, hermana de mi padre.
La dificultad que tengo en estos momentos es la conectividad, pues en este espacio tomamos la decisión de no instalar ni TV, ni internet. Como ven, ya tenemos que replantear esta situación. Hemos suspendido las visitas, pues generalmente viene bastante gente, amigos, familiares y "pacientes de apiterapia" que practican mi hijo mayor y nuestro nieto menor. Afortunadamente he descargado en el portátil de la rectoría libros que no había podido leer o releer.
Espero poder organizar los nuevos tiempos rápidamente para disfrutar de ellos y de lo que nos corresponda hacer como institución educativa pública, en estas circunstancias y después de ellas.
Con todo mi afecto por cada uno de ustedes a flor de piel...
El Wálter.
Nota: Los comentarios pueden hacerlos directamente después de este escrito. Si desean escribir otro texto, háganselo llegar a José Adriano en un archivo que él lo subirá al blog.